sábado, 16 de febrero de 2019

Lección 326 de Un Curso de Milagros

He de ser por siempre un Efecto de Dios

1. Padre, fui creado en Tu Mente, como un Pensamiento santo que nunca abandonó su hogar. He de ser por siempre Tu Efecto, y Tú por siempre y para siempre, mi Causa. Sigo siendo tal como Tú me creaste. Todavía me encuentro allí donde me pusiste. Y todos Tus atributos se encuentran en mí, pues Tu Voluntad fue tener un Hijo tan semejante a su Causa, que Causa y Efecto fuesen indistinguibles. Que tome conciencia de que soy un Efecto Tuyo y de que, por consiguiente, poseo el mismo poder de crear que Tú. Y así como es en el Cielo, sea en la tierra. Sigo Tu plan aquí, y sé que al final congregarás a todos Tus Efectos en el plácido Remanso de Tu Amor, donde la tierra desaparecerá y todos los pensamientos separados se unirán llenos de gloria como el Hijo de Dios.
2. Veamos hoy la tierra desaparecer, al principio transformada, y después, una vez que haya sido perdonada, veámosla desvanecerse completamente en la santa Voluntad de Dios.
* * * 
Reflexión: El sentido de la lección de hoy (en realidad de todas las lecciones) es conducirnos desde el estado de conflicto interno que produce estar identificados con el ego, a la paz que se siente cuando despertamos al Ser. Siendo como somos un Efecto de Dios, no puedes separarte de Él por más que quieras, pero puedes soñar que lo haces identificándote con tu ego, y ahí es cuando llegan todos tus problemas. Descubrir esto último supone un motivo de gran alivio, porque empiezas a entrever que el conflicto conque siempre has vivido puede llegar a su fin, aunque se presenta como una carrera larga, la cual sin embargo, vale la pena recorrer. Todo lo que vale la pena suele parecer largo y tedioso al principio. Recordar uno quien realmente es necesita disciplina, y si no la tienes y empiezas a columpiarte continuamente entre el ego y el Ser, estás invitando al desorden en tu vida. 

Con frecuencia se asocia vivir en el Ser y la santidad (son la misma cosa), con ser bueno, maleable, humilde, condescendiente... y no es eso. No hay nada más fuerte que el Ser porque es invulnerable, aunque el ego lo tiene que acusar de orgullo porque siendo intransigente el Ser con él, se sabe muy amenazado. La fortaleza es ser capaz de quitarle peso a tus debilidades terrenales, no privándote de ellas sino viviéndolas con honestidad y coherencia, dejando de alimentar las exigencias del ego sabiendo que al final te esperan otros tesoros aún mucho mayores. Para llevar a cabo este cambio necesitas seguir el plan de Dios liderado por E.S., quien se convierte en tu guía. Entonces empiezas a trascender el mundo abandonando todos los deseos impuestos por el ego; vemos primero la tierra transformase y al final, desaparecer con el miedo y el mismo ego. Al enfrentar la muerte del ego, se nos devuelve a la vida "siempre ahora" del Ser. 

La lección de hoy me ha recordado a "La desaparición del universo" de  Gary Renard, un libro que te recomiendo que leas, si no lo has hecho todavía, y que te ayudará bastante a comprender UCdM.  

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