jueves, 28 de febrero de 2019

Lección 334 de Un Curso de Milagros

Hoy reclamo los regalos que el perdón otorga

1. No esperaré ni un solo día más para encontrar los tesoros que mi Padre me ofrece. Todas las ilusiones son vanas, y los sueños desaparecen incluso a medida que se van tejiendo con pensamientos basados en percepciones falsas. No dejes que hoy vuelva a aceptar regalos tan míseros. La Voz de Dios les ofrece Su paz a todos los que escuchan y eligen seguirlo. Esto es lo que elijo hoy. Y así, voy en busca de los tesoros que Dios me ha dado.
2. Busco sólo lo eterno. Pues Tu Hijo no podría sentirse satisfecho con menos de eso. ¿Qué otra cosa, entonces, podría brindarle solaz, sino lo que Tú le ofreces a su desconcertada mente y a su atemorizado corazón, a fin de proporcionarle certeza y traerle paz? Hoy quiero contemplar a mi hermano sin mancha alguna de pecado en él. Eso es lo que Tu Voluntad dispone que yo haga, pues así es como podré contemplar mi propia impecabilidad.
* * * 
Reflexión: No esperaré un día más, voy en busca (hoy, ahora) de los tesoros que Dios da, que son los regalos del perdón (sentir dicha y paz). Sólo lo que es igual a Uno puede producir más de lo que Uno Es. Sólo el reconocimiento de lo que es eterno puede producir dicha pues lo eterno es un asombro continuo, un auto-descubrimiento constante que produce dicha. La mente lógica ésto no lo puede entender ni explicar.

Cuando vas en busca de lo que es Verdad no te queda más remedio que encontrarlo (“Busca y encontrarás, llama y te abrirán...”), igual que si vas en busca de lo que es falso no te queda más remedio que encontrarlo porque tú mismo lo fabricas. Para distinguir las dos búsquedas, en el primer caso el curso habla de "extender" y en el segundo de "proyectar". Extiendes lo que es real y proyectas lo que es falso. El mecanismo es el mismo pues va de dentro a afuera, de causa a efecto, y luego regresa como un bucle donde el efecto confirma la causa y vuelta a empezar; aunque este "fenómeno" se produce tan rápido (tanto que simultáneamente) que no lo aciertas a ver. Queremos servirnos de este mecanismo, como digo, para encontrar lo que es verdad dentro de nosotros, nuestra impecabilidad, viéndola primero afuera. Cuando eliges ver perdón es inevitable recoger sus regalos. 

Reclamo los regalos que el perdón otorga porque son míos por derecho propio. Nada ni nadie me los puede arrebatar. Son lo que Yo Soy pues no hay nadie más.

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