El mundo se muestra cada vez más acelerado, complicado y convulso, y no parece que podemos dejar de sentirnos afectados por mucho de lo que ocurre en él: el cambio climático, los desastres naturales, las caprichosas políticas gubernamentales, las nuevas tecnologías y modas sociales, etc. La experiencia que nos arroja la percepción es que vivimos en un mundo amenazante, en el que nos vemos obligados a interactuar con él de manera competitiva, teniendo que tomar continuamente decisiones, medidas y posicionamientos frente a distintos retos y situaciones que nos hacen vivir siempre tensos, en un estado de estrés, disconformidad, inquietud e infelicidad continuos. Invadidos por el sinsentido, de pronto nos surge la imperiosa necesidad de encontrar respuestas satisfactorias a nuestra vida en lo que muchas personas llaman búsqueda espiritual. Algunas de ellas han oído hablar de Un Curso de Milagros (UCdM) y entonces se acercan a él, pero todo el mundo no está listo para UCdM. Hay quienes se han estrellado contra él.
Si has llegado al curso huyendo de una vida que sientes problemática e inquietante, no esperes que el curso te ofrezca una solución rápida a tus problemas, te dé todas las respuestas que buscas ni te haga feliz de la noche a la mañana. Si sientes que tienes un problema y tienes prisa, lo puedes eludir por un tiempo usando alguna técnica de mejoramiento personal de la New-Age, pero tarde o temprano te volverás a topar con ese problema o el mismo disfrazado. UCdM no hace eso, no evade tus dificultades, no trata de enmascararlas, ni tan siquiera trata de cambiarlas sino que te prepara para que mentalmente las enfrentes y atravieses; y o bien éstas desaparecen, o sin que desaparezcan dejas de observarlas como problemáticas para convertirlas en ventajas. Es por eso normal que en el proceso de cambio en la forma de pensar que propicia el curso, surjan negatividades, dudas, inquietudes, etc. En los casos más extremos, la incertidumbre que tendrás que atravesar puede provocar que llegues a perder tu trabajo, a tu pareja, a algún amigo... o que incluso tu vida tenga que cambiar por completo de arriba a abajo. Es todo un cambio de paradigma. ¡Asusta, ¿verdad?!.
UCdM es para gente valiente, fuerte y decidida, o para personas muy desesperadas que sienten no tienen nada o poco que perder. Estudiar UCdM no está exento de riesgos que se pueden manifestar de distintas maneras, como pueden ser la falta de fortaleza interna para hacer los cambios necesarios en tu manera de pensar, la incomprensión de su mensaje, la falta de interés y el consecuente abandono, las desviaciones en su enseñanza o caer bajo la red de algún mal facilitador que te deje peor que estabas, etc. Al respecto del último punto, quiero decir que no hay nada bueno o malo en el mundo; nosotros lo hacemos de tal manera conforme al uso o interpretación que hacemos de ello, y UCdM no está exento de ser mal utilizado por personas que lo terminan volviendo sectario en interés propio. Hay que ser, por lo tanto, muy precavido. Por lo mismo pienso que un estudiante entusiasta del curso no debe precipitarse en enseñarlo convirtiéndose en su facilitador sin tener un mínimo rodaje a su espalda para evitar confundir a otras personas. Una señal de que ello es posible puede ser cuando son las personas quienes te lo piden de manera natural, no cuando tú te lanzas a ello porque te apetece o porque necesitas ganarte un dinero. En cualquier caso es mi opinión personal y tú puedes hacer lo que quieras.
¿Cuál debe ser entonces el quehacer diario de un estudiante del Curso de Milagros?. Bien, otro de los peligros que no mencioné arriba es que se corre el riesgo de atrancarse uno mismo encerrándose en una burbuja de protección frente al mundo, ya que después de todo el mundo es "ilusorio", negándonos a vivir muchas experiencias y lo que es una vida normal. Es verdad que tu compromiso con el curso puede que te haga cambiar algunos hábitos, y que te veas impelido a pasar más tiempo en soledad estudiándolo y meditándolo, pero te aconsejo que no lo hagas al extremo de aislarte completamente, al menos no todo el tiempo. UCdM bien utilizado sirve para trascender el mundo no para aislarse de él, y en el método que utiliza, las relaciones, tienen un papel fundamental. Así que algo sumamente importante a la hora de convivir con el curso y con las demás personas es acordarse de hacerlo llevando una vida lo más normal posible, ésto es, tratando de vivir como lo hacías antes de conocerlo; aunque dentro de ti sabrás que algo está cambiando sin necesidad de que lo pregones a los cuatro vientos. El Manual del curso, en el apartado 9 "¿Son necesarios los cambios en las condiciones de vida de los Maestros de Dios?", dice:
Donde se requieren cambios es en las mentes de los maestros de Dios. Esto puede entrañar o no cambios en las condiciones externas. Recuerda que nadie está donde está por casualidad y que nada en el plan de Dios es al azar. Es bastante improbable que en la formación del nuevo maestro de Dios, los primeros pasos a dar no sean cambios de actitud. No hay, sin embargo, una norma fija al respecto, toda vez que el entrenamiento es siempre altamente individualizado. Hay quienes son llamados a cambiar las circunstancias de sus vidas casi de inmediato, mas éstos son generalmente casos especiales. A la gran mayoría se les proporciona un programa de entrenamiento que evoluciona lentamente, en el que se corrigen el mayor número posible de errores previos. Las relaciones personales, en especial, tienen que percibirse debidamente, y se tiene que eliminar la piedra angular de la falta de perdón. De lo contrario, el viejo sistema de pensamiento mantendrá aún una base a donde poder regresar.
En cuanto a la manera en cómo se deberían abordar los asuntos diarios, tratar con un problema como si fuera ilusorio (el curso dice que todos los problemas son ilusorios) cuando todavía te crees una personalidad dentro de un cuerpo, ni es práctico ni es útil en el ejercicio de lo espiritual porque no puedes engañar a tu subconsciente, así que ese truco no te llevará a ninguna parte. Por lo mismo, tampoco sirve negar lo que parece suceder tapándote los ojos para no ver sus evidencias, pues son las cosas que suceden en tu guión lo que de últimas te ayudará a despertar del sueño.
Pero sin duda, el trago más duro al que puede que tenga que enfrentarse el estudiante del curso es caer en una depresión cuando sienta que tiene que renunciar al valor de todas sus ilusiones. En un mundo difícil muchos vivimos de las esperanzas, por y para las ilusiones, sin saber que ésa es la causa de todo nuestro sufrimiento, y UCdM es directo haciendo énfasis en que las ilusiones no tienen ningún valor, sin excepciones. El ejercicio 128 que se titula "El mundo que veo no me ofrece nada que yo desee" dice:
1. El mundo que ves no te ofrece nada que puedas necesitar; nada que puedas usar en modo alguno, ni nada en absoluto que te pueda hacer feliz. Cree esto y te habrás ahorrado muchos años de miseria, incontables desengaños y esperanzas que se convierten en amargas cenizas de desesperación. Todo aquel que quiera dejar atrás al mundo y remontarse más allá de su limitado alcance y de sus mezquindades tiene que aceptar que este pensamiento es verdad.
Tú eres el soñador del mundo de los sueños. Éste no tiene ninguna otra causa, ni la tendrá jamás. Todo lo que aterrorizó al Hijo de Dios y le hizo pensar que había perdido su inocencia, repudiado a su Padre y entrado en guerra consigo mismo no es más que un sueño fútil. Mas ese sueño es tan temible y tan real en apariencia, que él no podría despertar a la realidad sin verse inundado por el frío sudor del terror y sin dar gritos de pánico, a menos que un sueño más dulce precediese su despertar y permitiese que su mente se calmara para poder acoger -no temer- la Voz que con amor lo llama a despertar; un sueño más dulce, en el que su sufrimiento cesa y en el que su hermano es su amigo. Dios dispuso que su despertar fuese dulce y jubiloso, y le proporcionó los medios para que pudiese despertar sin miedo.
Si has llegado al curso huyendo de una vida que sientes problemática e inquietante, no esperes que el curso te ofrezca una solución rápida a tus problemas, te dé todas las respuestas que buscas ni te haga feliz de la noche a la mañana. Si sientes que tienes un problema y tienes prisa, lo puedes eludir por un tiempo usando alguna técnica de mejoramiento personal de la New-Age, pero tarde o temprano te volverás a topar con ese problema o el mismo disfrazado. UCdM no hace eso, no evade tus dificultades, no trata de enmascararlas, ni tan siquiera trata de cambiarlas sino que te prepara para que mentalmente las enfrentes y atravieses; y o bien éstas desaparecen, o sin que desaparezcan dejas de observarlas como problemáticas para convertirlas en ventajas. Es por eso normal que en el proceso de cambio en la forma de pensar que propicia el curso, surjan negatividades, dudas, inquietudes, etc. En los casos más extremos, la incertidumbre que tendrás que atravesar puede provocar que llegues a perder tu trabajo, a tu pareja, a algún amigo... o que incluso tu vida tenga que cambiar por completo de arriba a abajo. Es todo un cambio de paradigma. ¡Asusta, ¿verdad?!.
UCdM es para gente valiente, fuerte y decidida, o para personas muy desesperadas que sienten no tienen nada o poco que perder. Estudiar UCdM no está exento de riesgos que se pueden manifestar de distintas maneras, como pueden ser la falta de fortaleza interna para hacer los cambios necesarios en tu manera de pensar, la incomprensión de su mensaje, la falta de interés y el consecuente abandono, las desviaciones en su enseñanza o caer bajo la red de algún mal facilitador que te deje peor que estabas, etc. Al respecto del último punto, quiero decir que no hay nada bueno o malo en el mundo; nosotros lo hacemos de tal manera conforme al uso o interpretación que hacemos de ello, y UCdM no está exento de ser mal utilizado por personas que lo terminan volviendo sectario en interés propio. Hay que ser, por lo tanto, muy precavido. Por lo mismo pienso que un estudiante entusiasta del curso no debe precipitarse en enseñarlo convirtiéndose en su facilitador sin tener un mínimo rodaje a su espalda para evitar confundir a otras personas. Una señal de que ello es posible puede ser cuando son las personas quienes te lo piden de manera natural, no cuando tú te lanzas a ello porque te apetece o porque necesitas ganarte un dinero. En cualquier caso es mi opinión personal y tú puedes hacer lo que quieras.
¿Cuál debe ser entonces el quehacer diario de un estudiante del Curso de Milagros?. Bien, otro de los peligros que no mencioné arriba es que se corre el riesgo de atrancarse uno mismo encerrándose en una burbuja de protección frente al mundo, ya que después de todo el mundo es "ilusorio", negándonos a vivir muchas experiencias y lo que es una vida normal. Es verdad que tu compromiso con el curso puede que te haga cambiar algunos hábitos, y que te veas impelido a pasar más tiempo en soledad estudiándolo y meditándolo, pero te aconsejo que no lo hagas al extremo de aislarte completamente, al menos no todo el tiempo. UCdM bien utilizado sirve para trascender el mundo no para aislarse de él, y en el método que utiliza, las relaciones, tienen un papel fundamental. Así que algo sumamente importante a la hora de convivir con el curso y con las demás personas es acordarse de hacerlo llevando una vida lo más normal posible, ésto es, tratando de vivir como lo hacías antes de conocerlo; aunque dentro de ti sabrás que algo está cambiando sin necesidad de que lo pregones a los cuatro vientos. El Manual del curso, en el apartado 9 "¿Son necesarios los cambios en las condiciones de vida de los Maestros de Dios?", dice:
Donde se requieren cambios es en las mentes de los maestros de Dios. Esto puede entrañar o no cambios en las condiciones externas. Recuerda que nadie está donde está por casualidad y que nada en el plan de Dios es al azar. Es bastante improbable que en la formación del nuevo maestro de Dios, los primeros pasos a dar no sean cambios de actitud. No hay, sin embargo, una norma fija al respecto, toda vez que el entrenamiento es siempre altamente individualizado. Hay quienes son llamados a cambiar las circunstancias de sus vidas casi de inmediato, mas éstos son generalmente casos especiales. A la gran mayoría se les proporciona un programa de entrenamiento que evoluciona lentamente, en el que se corrigen el mayor número posible de errores previos. Las relaciones personales, en especial, tienen que percibirse debidamente, y se tiene que eliminar la piedra angular de la falta de perdón. De lo contrario, el viejo sistema de pensamiento mantendrá aún una base a donde poder regresar.
En cuanto a la manera en cómo se deberían abordar los asuntos diarios, tratar con un problema como si fuera ilusorio (el curso dice que todos los problemas son ilusorios) cuando todavía te crees una personalidad dentro de un cuerpo, ni es práctico ni es útil en el ejercicio de lo espiritual porque no puedes engañar a tu subconsciente, así que ese truco no te llevará a ninguna parte. Por lo mismo, tampoco sirve negar lo que parece suceder tapándote los ojos para no ver sus evidencias, pues son las cosas que suceden en tu guión lo que de últimas te ayudará a despertar del sueño.
Pero sin duda, el trago más duro al que puede que tenga que enfrentarse el estudiante del curso es caer en una depresión cuando sienta que tiene que renunciar al valor de todas sus ilusiones. En un mundo difícil muchos vivimos de las esperanzas, por y para las ilusiones, sin saber que ésa es la causa de todo nuestro sufrimiento, y UCdM es directo haciendo énfasis en que las ilusiones no tienen ningún valor, sin excepciones. El ejercicio 128 que se titula "El mundo que veo no me ofrece nada que yo desee" dice:
1. El mundo que ves no te ofrece nada que puedas necesitar; nada que puedas usar en modo alguno, ni nada en absoluto que te pueda hacer feliz. Cree esto y te habrás ahorrado muchos años de miseria, incontables desengaños y esperanzas que se convierten en amargas cenizas de desesperación. Todo aquel que quiera dejar atrás al mundo y remontarse más allá de su limitado alcance y de sus mezquindades tiene que aceptar que este pensamiento es verdad.
2. Cada cosa que valoras aquí no es sino una cadena que te ata al mundo, y ése es su único propósito. Pues todas las cosas tienen que servir para el propósito que tú les has asignado, hasta que veas en ellas otro propósito. El único propósito digno de tu mente que este mundo tiene es que lo pases de largo, sin detenerte a percibir ninguna esperanza allí donde no hay ninguna. No te dejes, engañar más. El mundo que ves no te ofrece nada que tú desees.
Ahora entenderás por qué decía que el curso es para valientes. Otro de los principios igualmente muy difíciles de aceptar (en parte por confuso) es que tú eres el responsable de todo lo que te pasa; claro que el curso no se refiere a ti como personaje, Pepito Pérez, sino a ti como parte de la mente que sueña el sueño. Es a ella a quien el curso va dirigido. Todos formamos parte de un guión mayor que quiere que nos sintamos víctimas del mundo. Tu vida es sólo una parte de ese guión mayor, pero como mente tienes que aprender a no sentirte culpable aceptando tu parte de responsabilidad en el guión, pues mientras no lo hagas te mantendrás en el papel de personaje víctima perenne del mundo y sin poderte liberar de él. Tu camino a la libertad pasa por empezar a identificarte con tu Ser-mente. Por ello, debes aprender a no tomarte nada de manera personal preguntando continuamente por qué me tiene que pasar ésto a mi. Más bien puedes preguntar el "¿para qué ocurre tal cosa?" y la respuesta debiera ser siempre "para ayudarme a despertar del sueño perdonándolo". Si buscas nada más que respuesta en un mundo que de por si no tiene sentido, no podrás dejar de darle vueltas a tu cabeza (lo que quiere el ego) y te perderás en la ilusión. El estudiante de UCdM ha emprendido el camino a erradicar todo tipo de preguntas innecesarias.
Para finalizar, supón ahora que has sido disciplinado y que llevas suficiente tiempo estudiando el curso, digamos unos cuantos años (no te desanimes si te digo que yo llevo 19 y no soy de los que más). Antes del despertar del sueño que el curso promete, la vida de inquietud e infelicidad que tenías al principio de iniciar su estudio ha de convertirse en una vida feliz, lo que UCdM llama el sueño feliz. Eso significa, entre otras cosas que has aprendido a perdonar, a fluir con la vida aceptando lo que ésta te trae, y a disfrutarla aún más si cabe tal como se presente, sin apegos a nada pero con la pasión de querer apurar cada instante, pues sabes ahora que todo cambia y que nada dura para siempre.
Tú eres el soñador del mundo de los sueños. Éste no tiene ninguna otra causa, ni la tendrá jamás. Todo lo que aterrorizó al Hijo de Dios y le hizo pensar que había perdido su inocencia, repudiado a su Padre y entrado en guerra consigo mismo no es más que un sueño fútil. Mas ese sueño es tan temible y tan real en apariencia, que él no podría despertar a la realidad sin verse inundado por el frío sudor del terror y sin dar gritos de pánico, a menos que un sueño más dulce precediese su despertar y permitiese que su mente se calmara para poder acoger -no temer- la Voz que con amor lo llama a despertar; un sueño más dulce, en el que su sufrimiento cesa y en el que su hermano es su amigo. Dios dispuso que su despertar fuese dulce y jubiloso, y le proporcionó los medios para que pudiese despertar sin miedo.
(T-27.VII.13)
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La verdad este libro me tiene intrigada y no tengo idea si lo terminaré de leer. Pero dentro siento que realmente lo que pienso no tiene sentido y que debo seguir porque hay algo que tengo que saber que no sé. No es lo que esperaba y a estas alturas no sé que espero
ResponderEliminarLlevo semanas y no he pasado de los primeros capítulos, soy de devorarme libros pero con este no consigo avanzar. Me alienta saber que alguien escribe sobre el. Gracias por tomarse tiempo para estos posts.